En España, calificamos de disfrutonas a las personas que vibran con las cosas, las experiencias y el entorno. Este tipo de personas saben exprimir al máximo el jugo a la vida, viven para disfrutar y son felices disfrutando de la vida, agregando un valor extraordinario a las pequeñas cosas.

El disfrutismo y la personalidad disfrutona

 El disfrutismo, palabra cero científica (no la busques en el diccionario de la RAE porque ya te adelanto que no viene) define la teoría vital de la personalidad disfrutona y está muy relacionado con el optimismo, con el buenrollismo (tampoco está en la RAE), con la capacidad para adaptarse y poner un toque de creatividad y sentido del humor incluso a las situaciones más difíciles.

La personalidad disfrutona relativiza los problemas, busca el lado positivo de los malos ratos y es capaz de sacar la chispa en los momentos más rancios y dar valor a las cosas más pequeñas. En definitiva, el disfrutismo está relacionado con el optimismo, el sentido del humor, la creatividad y la capacidad de resiliencia ¡Ahí es nada!

Y tú, ¿te consideras una persona disfrutona?

Una buena forma de comprobarlo es observando tu escritura. A través de grafología, no sólo podemos detectar a la personalidad disfrutona, a la que es todo lo contrario, sino también los distintos grados de mayor o menor disfrutismo. El secreto está en la expresividad de la escritura.

La escritura expresiva

Afirmar que la escritura habla, grita, llora, canta e incluso baila no es producto de la locura de un grafólogo, sino una realidad palmaria. Nuestra escritura retrata nuestra personalidad y también nuestras emociones. Retrata nuestro nivel de emotividad en general y también el estado anímico o emocional que brota en nosotros, en un momento determinado.

Con escritura expresiva nos referimos a aquella escritura que vibra, que integra la emotividad dentro de la esencia de la personalidad y que además la transmite, la manifiesta, la exhibe hacia fuera.

Las características principales de la escritura expresiva son:

– Predominio del movimiento sobre la forma.

– Armonía en forma y ritmo.

– Agilidad y dinamismo.

– Vibración.

– Originalidad.

La escritura expresiva puede ser más o menos exaltada, pero siempre nos va a producir al verla una sensación explosiva de vitalidad, que es una de las características de las personas disfrutonas.

Creo que podrás ver mejor lo que te explico con un par de ejemplos:

Observa la escritura de la imagen inferior. Es la escritura de Irene.

grafologia escritura inexpresiva

Muchas personas podrían considerar a ésta una escritura bonita. Es redondeada, cerrada, muy ordenada y nos retrata a una persona responsable, metódica, detallista, introvertida y ordenada. Pero no es expresiva. No se muestra espontánea, sino bastante encorsetada. No vibra, no tiene movimiento, no transmite dinamismo ni vitalidad, sino todo lo contrario, pasividad y lentitud.

Este es un buen ejemplo de que muchas escrituras que consideramos visualmente bonitas, no son positivas desde el punto de vista del grafólogo, porque sus letras inertes y poco expresivas restan sensibilidad y humanidad a la persona que las escribe. Parecen más propias de robots o de máquinas.

En cambio, observa esta otra muestra. Es la escritura de Marina.

grafologia escritura expresiva

Es una escritura ampulosa, abierta, dinámica. No respeta tanto el cuidado de las formas como la escritura de Irene pero su descuido, algo alocado, dota a las letras de agilidad y originalidad.

Si observamos su ritmo y movimiento, apreciamos armonía y completa naturalidad en un conjunto gráfico que baila, que grita, que se ilusiona, que vibra con lo que sucede a su alrededor. Las tildes quieren volar y los giros, en el recorrido del trazo, gesticulan con expresividad para conformar las letras y generar uniones espontáneas entre ellas.

El conjunto refleja a una personalidad sensible, que se emociona y vibra con el entorno; que es creativa y sabe buscar el lado bueno de las cosas; que ama la libertad y actividad, probar cosas nuevas y sacarle el jugo hasta al instante menos sabroso.

Marina, como puedes comprobar, es un buen ejemplo de personalidad disfrutona. Y en el video que acompaña a este artículo puedes ver más ejemplos.

Estoy segura de que, después de leer todo esto que te cuento, te habrás puesto a observar tu propia escritura y a comprobar si eres o no una personalidad disfrutona.

Hay personas que, a través de grafología, se descubren más disfrutonas de lo que realmente creen que son y, al contrario, hay personas que se creen disfrutonas y no lo son tanto.

Con esto queda dicho que los secretos que esconden nuestras letras siempre pueden llegar a sorprendernos descubriendo nuestra esencia más inconsciente, esa que podemos sacar a flote, pulir o madurar si le ponemos ganas.

Sandra Cerro – Grafóloga y Perito calígrafo

Sandracerro.com