La crisis económica actual invita a las empresas a buscarse trucos para ahorrar costes. Hasta ahora, muchas empresas externalizaban el servicio de grafología para los procesos de reclutamiento y selección de candidatos, y contaban con un grafólogo que realizase esta función. Ahora, cada vez son las empresas que deciden formar en grafología a sus profesionales del departamento de Recursos Humanos,
¿Y esto por qué?
El proceso de selección será un proceso global en el que el responsable de la entrevista personal va a integrar en ella el estudio grafológico del candidato. Este responsable puede coincidir o no con el profesional que realice otras baterías de pruebas psicológicas, pero en cualquier caso tendrá una visión mucho más completa de la persona (apariencia en la entrevista) y de la personalidad (impresiones de la entrevista, lenguaje no verbal, estudio grafológico) del candidato o candidatos.
Otra de las indudables ventajas es que, en procesos de selección donde las candidaturas son numerosas, hay determinados perfiles donde el estudio grafológico gana en agilidad a otras pruebas de personalidad. Por poner un ejemplo, los perfiles comerciales, son muy fáciles de filtrar a un simple vistazo de manuscrito, teniendo, eso sí, por parte del profesional, suficientes y acreditados conocimientos en grafología.
Y no sólo puede producirse un primer filtro teniendo en cuenta el perfil, sino teniendo en cuenta, por ejemplo, competencias tan esenciales como la estabilidad emocional y la integridad personal. Estas competencias básicas se delatan en un manuscrito con mucha más facilidad y rapidez que puedan hacerlo otros tests más costosos en tiempo y dinero.
Y, por último, la otra gran ventaja es que el responsable de recursos humanos va a contar con una prueba que jamás puede ser falseada. El currículum de aptitudes se puede engordar, la entrevista se puede teatralizar y con ello engañar, en cierto modo, al entrevistador; pero si éste tiene la escritura del candidato delante, va a tener un referente infalible de autenticidad, y el más valioso detector de mentiras que pudiera encontrar.
Los grafólogos recomendamos que la grafología no se utilice como prueba única en los procesos de selección, sino apoyarla, al menos, con la entrevista personal. Pero la combinación de ambas podría ser, por sí, suficiente para obtener garantías de que los candidatos examinados encajan en el perfil de empresa que se busca.
A lo largo de mi trayectoria profesional, he colaborado como grafóloga externa, en departamentos de Recursos Humanos de pequeñas y grandes empresas. Los beneficios de externalizar el servicio es, sobre todo, la objetividad, ya que el grafólogo, por regla general, no tiene contacto alguno con los candidatos si no es solamente a través de un texto manuscrito. El grafólogo no mira a los ojos al candidato, ni percibe impresiones de apariencia ni de lenguaje no verbal, y algunas empresas prefieren esto para asegurar la objetividad del proceso y que, al menos uno de los evaluadores no se vea salpicado por los «halos» habituales de la entrevista personal.
Pero lo cierto es que cada vez más empresas están solicitando formar en grafología a sus responsables de recursos humanos, de forma que el proceso de selección se unifique, y con ello se simplifique en tiempo y costes. Siempre va a depender del tipo y tamaño de la empresa, de los perfiles seleccionados y del modelo de las candidaturas.
CURSO EXPERTO UNIVERSITARIO EN GRAFOLOGÍA EMPRESARIAL – TÍTULO PROPIO DE LA UNIVERSIDAD A DISTANCIA DE MADRID (UDIMA)
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