La gestión eficaz de crisis se está constituyendo en una de las competencias más demandadas actualmente por las empresas, sobre todo en los perfiles directivos y como un complemento imprescindible para el liderazgo de hoy.

Es interesante abordar su estudio desde el punto de vista de la Grafología empresarial, ya que el hecho de reconocer por su escritura a las personas más capacitadas para sobrellevar, manejar con éxito e incluso saber anticipar una situación de crisis, constituye una ventaja corporativa de vital importancia.

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Gestión de crisis: engranaje de competencias clave

La gestión de crisis es una competencia integradora, es decir, engloba otras muchas que encajan dentro de ella como piezas de un complejo engranaje. Podemos dividirlas en dos grupos dependiendo de si van enfocadas a la organización en general o si se refieren a la gestión de equipos.

Competencias generales relativas a la organización

Visión estratégica

Es la capacidad para mantener una panorámica completa del entorno; la habilidad para sumar acontecimientos pasados a sus consecuencias en el presente y la capacidad de hilarlos incluso con acontecimientos previsibles o futuros. Es la visión parabólica del entorno, con extensión hasta el medio y el largo plazo, así como su comprensión e integración completa en los planes de acción y coordinación de equipos dentro de la compañía.

Capacidad de observación, atención y previsión

Es fundamental observar con atención el entorno de la organización para poder detectar de antemano las posibles consecuencias conflictivas de un hecho imprevisible, de una situación de emergencia o de una acción o intervención concretas y así poder plantear posibles soluciones, antes de que dichos conflictos o riesgos potenciales o sorpresivos lleguen a producirse.

Habilidad resolutiva y capacidad de respuesta ágil y eficaz

En el caso de que el conflicto o situación de crisis ya se haya venido encima, ya esté en curso, la agilidad de respuesta y la habilidad resolutiva orientada a la búsqueda de soluciones prontas y la implementación de medios eficaces constituyen una prioridad para la organización. Para ello se requiere dinamismo, agilidad mental, capacidad de improvisación y buenas dosis de valentía para la asunción de posibles riesgos, velando, en todo caso, por el cumplimiento de los objetivos y la seguridad de la organización.

Adaptación al cambio y resistencia al estrés

La capacidad camaleónica para cambiar la piel y saber adaptarse no sólo a las situaciones nuevas, sino también a los cambios imprevistos, dentro del entorno de la organización, es fundamental en tiempos de crisis. A ésta debe sumarse el plus de resistencia y tolerancia al estrés y a la presión; la capacidad para soportar cargas de trabajo, excesos de responsabilidad o jornadas laborales extenuantes, si se trata de enfrentar emergencias o situaciones conflictivas graves.

Templanza

El autocontrol, el temple, la capacidad para sopesar los pros y contras de la situación sin perder los nervios ni el control de los impulsos, es otra de las competencias de excelencia en el gestor de crisis.

Creatividad y apuesta por la innovación

Siendo que las crisis son siempre un elemento disruptivo del funcionamiento normal de la organización, se requieren para afrontarlas de una apuesta formal por la innovación, así como buenas dosis de creatividad para afrontar precisamente esa contingencia nueva, destructora o transformadora de la normalidad imperante hasta entonces, en el entorno organizativo. Eso sí, sin perder de vista, en caso alguno, el proyecto de empresa ni los objetivos de la organización.

Competencias orientadas a gestión de equipos

Este conjunto de competencias pone el foco en el líder y en su equipo, en la colaboración entre ellos, en la comunicación y en la gestión de los distintos tipos de talento, en las relaciones interpersonales y en el manejo de las emociones.

Liderazgo

Ninguna crisis puede gestionarse con éxito sin tener al frente un auténtico líder, cualificado tanto en el aspecto más puramente técnico, como en los aspectos intelectuales y emocionales necesarios para la dirección y gestión de equipos. En situaciones de crisis y emergencia, un líder conciliador debe saber formar parte del equipo, liderar desde la base, bajarse del pedestal y remar en coordinación con el resto de la tripulación. De lo contrario, el barco se hunde. En estos casos, se apuesta por líderes orientativos, talentosos, resolutivos; gestores con visión objetiva y estratégica, capaces de dirigir con firmeza al grupo en pos del objetivo común, que salvaguardar la empresa.

Empatía y gestión emocional

La escucha activa, la empatía, el reconocimiento de los estados emocionales y anímicos de los demás, así como la atención a sus deseos y necesidades, es una de las cualidades esenciales del buen líder de equipos e imprescindible en situaciones de crisis. La gestión de las emociones del grupo es un factor primordial para mantener la coordinación y la unidad, a la hora de enfrentar imprevistos o situaciones críticas.

Coordinación y trabajo en equipo

El engranaje de la compañía fluirá con soltura y sin bloqueos, incluso en situaciones de crisis, si existe una buena coordinación y organización entre los miembros del equipo. La suma de talentos, la humildad para ponerse en el lugar del otro y flexibilizar la propia opinión frente a los criterios de los demás, son factores que favorecen la unidad y provocan la búsqueda de soluciones al unísono.

Habilidades comunicativas

Para poder encajar las competencias anteriores, son fundamentales las habilidades comunicativas, tanto en la oralidad como en la escucha activa. A ellas se suma el respeto por los demás, la tolerancia, la capacidad de ceder ante opiniones opuestas a las propias si éstas favorecen el objetivo común. Y debe ser ésta una comunicación coordinada, organizada, basada en un protocolo claro de actuación; una comunicación coherente, dinámica y ante todo eficiente.

 

Grafología de la gestión de crisis eficaz

¿Cómo distinguir por los rasgos de su escritura a las personas con capacidad para gestionar crisis?

Habrá que observar en la escritura especialmente la combinación, o bien la dominancia, de gestos de prudencia, templanza y reflexión -mayúsculas desligadas, conjunto controlado de tamaño regular- y rasgos de agilidad mental y prontitud de actuación -dinamismo, inclinación a la derecha, progresiones, palabras extendidas, puntuación adelantada-.

El escrito presentará rasgos de observación y objetividad -tamaño normal, decreciente, barras afiladas- y de sentido práctico, claridad de ideas y orden mental -personalizada, simplificada, ordenada-.

Especial atención merece la presencia de ligados altos o de ligados originales entre letras, signo de razonamiento estratégico, creatividad, intelecto superior y acentuadas habilidades para la improvisación.

El trabajo en equipo y las habilidades comunicativas se observarán, sobre todo, en escrituras abiertas, con guirnaldas, letras agrupadas o ligadas y ligera inclinación a la derecha.

En ningún caso podrían aparecer rasgos escriturales que impliquen desequilibrio emocional o pérdida del control de los impulsos, ya que a los individuos impetuosos las crisis se les escaparían de las manos y perderían los papeles antes siquiera de plantearse una resolución. Tampoco podría darse el extremo contrario para evaluar esta competencia, es decir, escrituras que impliquen paralización, exceso de reflexión o incluso inseguridad o miedo. Escrituras exentas de dinamismo y vibración serían reflejo de personas con poco margen de reacción a la hora de enfrentar situaciones de conflicto inesperados, de individuos que se quedarían paralizados a expensas de que resolviesen otros.

Rasgos gráficos de la capacidad para la gestión de crisis

  • Personalizada
  • Tamaño normal
  • Extendida
  • Regular y controlada
  • Decreciente o barras de “t” afiladas
  • Cohesión ligada o agrupada
  • Mayúsculas desligadas de la letra siguiente
  • Inclinación a la derecha o vertical vibrante
  • Presencia de ligados altos
  • Velocidad ágil, espontánea y dinámica
  • Puntuación adelantada
  • Progresiva
  • Simplificada
  • Ordenada

Vemos, a continuación, un par de ejemplos gráficos con alto nivel en la capacidad para la gestión de crisis, con dominantes psicológicas diferentes.

Ejemplo 1 de escritura con nivel alto en gestión de crisis. Predominio de la creatividad y la agilidad mental.

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Ejemplo 2 de escritura con nivel alto en gestión de crisis. Predominio de la templanza, la objetividad y habilidades emocionales en la coordinación de equipos.

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Sandra Cerro – Grafóloga y Perito calígrafo. Directora del Curso Experto Universitario en Grafología Empresarial, de la Universidad a Distancia de Madrid UDIMA

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Gestión de crisis, ¿cómo reconocerla por la escritura?
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Gestión de crisis, ¿cómo reconocerla por la escritura?
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Grafología de la capacidad para gestionar crisis de forma eficaz. Selección de RRHH por competencias
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Centro de Grafología Sandra Cerro