Grande es el temor de los propietarios de viviendas que pretenden alquilarlas, a la hora de pensar qué tipo de persona o personas van a ocupar su casa. Lo normal es solicitar únicamente como referencia la identificación de los futuros inquilinos y su estado de solvencia económica, pero es difícil saber de ellos algo más.

A los propietarios les puede interesar saber, por ejemplo, si sus posibles inquilinos son honestos o no, si son cuidadosos o responsables y, sobre todo, si son personas emocionalmente estables, que no van a cometer locuras y dejar la casa destrozada.

Grafología como técnica de selección de inquilinos

Con el auge de la grafología en los últimos tiempos, muchos propietarios e incluso agencias inmobiliarias, están solicitando ya una muestra de escritura de los candidatos a inquilinos y enviándolas a grafólogos.

A través de la grafología, al igual que se hace en los procesos de selección de personal en empresas, los grafólogos podemos entresacar una serie de factores de carácter y conducta, competencias evaluables en la escritura, que nos pueden ayudar a conocer un poco mejor a esos desconocidos que van a ocupar nuestra casa.

¿Cómo debe ser la escritura del inquilino perfecto?

Con carácter general, cuando observamos la muestra de escritura de nuestro candidato a inquilino, debemos fijarnos en que ésta tenga un contexto gráfico positivo, es decir, que se limpio y legible, sin gestos extraños o exagerados, que mantenga cierta armonía en el ritmo y las formas, con predominio de formas curvas, jambas (parte inferior de las letras) proporcionadas o cortas y distancia correcta entre renglones, sin invasiones entre los mismos y firma igualmente clara con rúbrica sencilla.

Luego entraríamos a observar ya los rasgos más particulares del escrito.

Por mi propia experiencia como grafóloga en estas lides, las competencias que más solicitan los propietarios y que también recomendamos los grafólogos son, principalmente, las que desarrollo a continuación junto con las claves para detectarlas en la escritura:

Sinceridad y honestidad

Para evitar el engaño o el fraude, podemos anticiparnos y elegir a personas que den claras muestras de transparencia y honestidad en su forma de ser.

Estas cualidades nos las van a transmitir, sobre todo, la claridad y legibilidad del texto, su sencillez en las formas y la coherencia del texto con la firma.

Además, la rúbrica sencilla, que no encubre ni tacha la firma, es un claro signo de personalidad que se muestra tal cual es y que no tiene nada que ocultar. Es preferible también elegir escrituras de tipo abierto,  con forma curva, “m” y “n” en forma de “u” (guirnalda), con óvalos sin doble vuelta, y que mantengan flexible la dirección del renglón.

Estabilidad emocional

Si no queremos meter a un chiflado en nuestra casa podemos valorar también el nivel de estabilidad emocional, observando los siguientes rasgos de escritura: que sea una escritura clara y legible, ordenada y regular ante todo. Además podemos valorar que sea una escritura controlada, sin rasgos fugados o aumentos bruscos de tamaño.

La forma curva o suavizando los ángulos siempre va a favorecer el talante templado y afable.

La inclinación de las letras puede ser vertical (siempre vibrante) o ligeramente inclinada a la derecha, pero sin descontrolarse demasiado. La coherencia completa entre texto y firma y el renglón horizontal flexible también serán puntos a favor en este aspecto.

Responsabilidad y sentido del orden

Considerar el sentido de la responsabilidad es fundamental si queremos poner en manos de otro nuestra propiedad. Hemos de asegurarnos de que nuestro inquilino es una persona comprometida, que va a cuidar nuestra casa como si fuese suya propia.

Si su escritura es clara, ordenada y sabe cuidar los márgenes y la estructura de la página, ya será un comienzo para valorar la limpieza y el orden que va a mantener en la vivienda.

La escritura ligada o agrupada, la vibración en la inclinación o la orientación de las letras hacia la derecha nos hablan de proyección, continuidad y de constancia, que puede aplicarse también al cumplimiento formal y puntual de los pagos. La página bien ocupada es signo de que la persona es autoeficaz y lleva a buen puerto los proyectos que acomete.

Comportamiento ético

Con este aspecto valoramos si la persona es considerada, correcta y tiene claros las normas y límites del entorno que debe respetar. Se observa en una escritura limpia y legible, que respeta el interlineado sin realizar invasiones ni choques entre renglones y con los márgenes uniformes.

Si además existe coherencia entre texto y firma, y ésta con rúbrica sencilla, nos mostrará a una persona íntegra y honesta. Es importante también observar la regularidad del escrito, que no tenga aumentos bruscos ni sobresaltos que impliquen golpes de mal genio o arrebatos inesperados en nuestro inquilino. En cuanto a la forma, preferiremos la escritura curva, que invita a pensar en un temperamento templado y afable.

Claro está que un informe grafológico completo de personalidad abarca otros muchos aspectos de temperamento y conducta pero creo que, con estas cuatro claves principales, ya tendríamos muchas papeletas para tener, entre todos los candidatos a habitar nuestra casa, al inquilino perfecto.

Sandra Cerro – Grafóloga y Perito calígrafo

Sandracerro.com

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