Pues bien, ahí están todos; sólo hay que echar un vistazo al aula llena de seres inquietos, unos más que otros: el del dedo levantado que lo agita en el aire, mientras su mirada ávida suplica al profe “¡¡A mí, a mí!!”; el que, en la última fila, se hunde en la silla mientras enfrasca su mirada en cualquier apunte con tal de disimular su azoramiento; la rubita, que no para de hablar y gesticular, tumbada sobre la mesa de su compañera de atrás, mientras ésta se ríe sin parar de mesarse los cabellos y mira con descaro alrededor para confirmar si es o no el centro de atenciones; el que llega tarde con galbana, tira su mochila al suelo y se deja caer en la silla con pesadez y resoplando; y aquel otro que, mirando altivo el revuelo a su alrededor, con ojos de águila, ordena silencio chistando “chssssss, chssssssssss!!!” una y otra vez…

Estos son algunos de los tipos de alumnos que he querido entresacar por ser los más clásicos, sin descartar otros posibles, para analizar los gestos típicos de su comportamiento y también de su escritura, desde el punto de vista de la grafopsicología. Seguro que a muchos, seáis o hayáis sido alumnos o profesores, os resultarán familiares:

 

El listillo

1_listillo

Es el clásico “empollón”, el que todo lo sabe, está siempre con el dedo en alto y saca siempre buenas notas. No siempre coincide con el alumno más trabajador, ya que se puede ser menos estudioso y más sabio, así que con “listillo” nos referimos aquí al alumno inteligente, al que su esfuerzo está favorecido por una mente privilegiada.
La escritura del listillo es clara, personalizada y muy ágil. Se detecta principalmente por su forma de cohesionar las letras en su parte más alta o hampas – la barra de la “t”, las tildes o los puntos de las “ies” con la letra siguiente-. Suelen aparecer también ligados originales y cohesión progresiva.

 

El líder

1_lider

Es el favorito de la clase al que admiran todos y del que todos quieren ser amigos. Su carisma le engrandece, le sube en un pedestal desde el que puede contemplar su gran corte de seguidores y admiradoras que le adulan y ríen todas las gracias. La manada elige al líder por su carisma, su popularidad, su simpatía, su elocuencia o su belleza, pero rara vez por su inteligencia – el líder es más audaz que inteligente-, así que no suele coincidir con el “listillo” de la clase.
La escritura del líder es normal o grande, puede ser sobrealzada como su autoestima, sobre todo las mayúsculas que irán como abanderadas por delante, lo que indicaría extroversión y orgullo propio, necesidad de destacar sobre los demás. El líder es sociable, y por tanto sus letras irán ligaditas, generalmente agrupadas. También puede tener rasgos de creatividad y cierto idealismo.

 

El responsable

1_responsable

Es el alumno trabajador a falta de ser listillo. Sus buenas notas las gana a base de estudio, perseverancia y esfuerzo, y suele destacar por la puntualidad, la atención, la meticulosidad y la calidad de que dota a sus trabajos. La falta de audacia del listillo o del carisma engatusador del líder la compensan con constancia y dedicación, artes quizás no tan inmediatas y llamativas, pero con excelentes logros también en lo que concierne a la autosuperación y crecimiento personal.
Aunque puede tener rasgos de inteligencia en la escritura, el alumno trabajador y responsable destaca más por insignias de constancia y calidad, tales como escritura agrupada o ligada, buena ocupación de la hoja, ausencia de choques entre renglones, cuidado, limpieza y organización en el espacio escrito.

 

El tímido

1_timido

Al tímido se el reconoce fácilmente por su mirada baja y por su silencio. Prefiere pasar desapercibido en el grupo y parecer como si no estuviera. No suele levantar la mano ni la voz en clase, pero no por no saber la lección, sino por miedo a que el resto claven su tropel de miradas en él, y por el pánico escénico de tener que salir al estrado y sentirse expuesto.
La escritura del tímido, al contrario que la del líder, será apocada como él mismo: pequeña, rebajada en pies y crestas, con presión fina, cohesión desligada o agrupada e inclinación vertical o invertida. Todo esto nos habla de inseguridad, falta de autoestima, cierto temor a los demás y a los cambios imprevistos, y tendencia a la mayor invisibilidad posible.

 

La “chulita”

1_chulita

La “chulita” de la clase es la líder de las chicas y la que persiguen los chicos. Suele ser la más guapa o más llamativa, o al menos creer que lo es y, aunque puede ser estudiosa y sacar buenas notas, su prioridad es su aspecto físico y tiene necesidad de sentirse constantemente adulada por ello.
La escritura de la chulita está llena de bucles. Hay uno clásico, en el primer monte de la “M” mayúscula, que se conoce como el “rasgo de las chicas guapas”, y es un alarde de coquetería. La chulita puede tenerlo, entre otros rasgos tales como escritura redondeada -inflada como su ego- con tendencia a la espiral, de tamaño grande y con predominio del cuerpo central del escrito. Las chulitas tienen cierta inclinación por los puntos de las “ies” redondos y las “aes” tipográficas.

 

El payaso

1_payaso

Aquí tenemos al graciosito de la clase, al que llama la atención de todos por sus constantes bromas. Se pasa la vida riendo, jugando y jalea al resto para que le sigan y enreden también. Puede coincidir con el líder pero es rara la vez que coincide con el listillo de la clase. Al igual que la chulita, el payaso necesita que la corte le adule y le ría todas las gracias para sentirse importante.
Las letras del gracioso de la clase son como él, alegres y danzarinas; presentarán un conjunto dinámico de inclinación ascendente, de tamaño normal o grande y con buenas dosis de creatividad en general.

 

La cotorra

1_cotorra

Es la voz loca de la clase, la que no para de moverse y de hablar con los compañeros, pero no porque tenga algo interesante que aportar, sino porque necesita llamar con ello la atención, que se fijen en ella. Normalmente intenta hacer competencia a la chulita sin conseguirlo. La cotorra tiene también su corte de admiradores, pero amigos pocos ya que es de poco fiar, y para guardar secretos nada de nada; la discreción no es precisamente su fuerte.
Las “aes” de las cotorras habladoras parecen bocas, abiertas por la parte derecha, y por ahí lo largan todo. Su escritura será curva y con forma de guirnaldas, abierta siempre, y de tamaño normal o grande que delata su extroversión.

 

El rebelde

1_rebelde

Es el azote de los profesores, el alumno contestatario, revolucionario, que no pasa por una clase sin llevar la contraria en algo; nada le parece bien, nunca está conforme y es intransigente con las opiniones de los demás. Suele estar siempre enfurruñado, si levanta la mano es para contradecir en algo o exponer una idea peregrina que desbanque al profesor, y su tono de voz suele ser imperativo, autoritario.
El rebelde suele presentar una escritura con carencias de flexibilidad, es decir, rígida, con pronunciados rasgos verticales y angulosa. El principal gesto de oposición al entorno y de imposición se vislumbran en la barra de la “t” alta u orientada hacia arriba.

 

El creativo

1-creativo

Es el alumno que suele estar siempre “en la luna”. Puede o no atender en clase pero siempre tiende a transportar ésta a su propio mundo de fantasía. Sus aportaciones espontáneas en clase pueden dejar a todos con la boca abierta, aunque no tengan nada que ver con el tema que se esté tratando, suele destacar por dotes para la literatura o las artes plásticas y su enemigo más feroz son las matemáticas.
La escritura del creativo habla por sí sola con su irregularidad y originalidad. Los bucleados en las hampas, sobre todo en la “d”, la inclinación bailarina oscilante, los ligados singulares y los puntos de las “ies” ágiles en forma de tilde o circulito espontáneo nos presentan a esa mente creativa inquieta, que no cesa de bullir.

 

El perezoso

1_perezoso

Al perezoso se le conoce porque siempre llega tarde a clase y, cuando está dentro, su mirada siempre está posada en las musarañas. Suele estar siempre distraído, aburrido, y tiene dificultades para la atención y la concentración. Como tapadera de esto, muchas veces se disfraza del payaso de la clase. El hecho de que las notas del perezoso sean bajas no suele deberse a una falta de inteligencia, sino a un déficit de esfuerzo o de motivación.
Al contrario que el creativo, el perezoso vuelve lenta y pastosa su escritura; sus letras son desganadas, caídas, sin fuerza y mal elaboradas. La pereza y la falta de interés tienden a desligar las letras y a presentar una falta de orden y calidad en el conjunto inconfundible.

 

Sandra Mª Cerro – Grafóloga y Perito calígrafo

Centro de Grafología Sandra Cerro. C/ Alcalá, 20, 6º Madrid

www.sandracerro.com