Querida Julieta…

Así comienzan la mayoría de las cartas que las “secretarias de Julieta” reciben a diario, en su recóndito y mágico rincón de Verona.

A pocos pasos del bullicioso callejón al que turistas de todo el mundo asisten para hacerse fotos en el famoso balcón, dejar mensajes o candaditos de amor y visitar la casa de la Julieta de Shakespeare, existe un rincón silencioso y amigable, un entrañable club en el que voluntarias de todas las nacionalidades responden las cartas a Julieta con esmero, con cariño y de forma enteramente manuscrita. En esas misivas ofrecen consejos de amor, dan consuelo al desamor, y ponen alma y corazón en cada respuesta de forma totalmente personalizada.

Club de Julieta en Verona

Tuve la suerte de ejercer como secretaria de Julieta por unas horas y confieso que fue para mí una experiencia inolvidable. Cansada de tener que justificar constantemente la utilidad y las bondades de la escritura manual y de tener que dar explicaciones a aquellos que afirman que ya nadie escribe a mano, fue una gran alegría descubrir un rincón en el que todavía se reciben y se contestan cartas con el sello personal e íntimo de la grafía manuscrita. Un rincón en el que se venera el alma de las letras. En el que se sienten palpitar los sentimientos impresos en cada una de ellas. Donde se deja ver, en cada trazo, en cada letra, el reflejo más sincero del corazón enamorado o el suspiro más profundo del desconsolado desamor.

De un cajón lleno de cartas en español fui entresacando algunas al azar para intentar darles respuesta en nombre de Julieta:

Cartas a Julieta

Querida Julieta. Me llamo Andrea. Tengo 10 años. Pensarás que soy muy joven para tener novio, pero salgo con un chico que se llama Alberto. Estamos muy a gusto juntos. El problema es que a veces no sé de qué hablar con él ¿Me podrías dar algún consejo?

Querida Julieta. Soy Clara. He venido a Verona con mi novio de toda la vida y acaba de pedirme que me case con él, justo debajo de tu balcón. Necesito tu consejo porque estoy bastante agobiada. Le quiero mucho, es mi mejor amigo, pero no es el amor apasionado con el que siempre soñé y no sé qué debo hacer. Le he dicho que sí, pero no muy convencida. ¿Acaso debo conformarme con un amor tranquilo como el que él me ofrece o debería esperar a encontrar el apasionado amor de mis sueños?

 Club de Julieta cartas

Las cartas que llegan al Club de Julieta se distribuyen, según los distintos idiomas, en cajones de madera. Cada secretaria responde las cartas en una hoja tamaño cuartilla con el logotipo del club. En la misiva recibida, debe poner su nombre y un breve resumen del contenido de la carta. Al finalizar, ambas cartas se meten en un sobre con el membrete del club, sin cerrar, y se guardan en otro cajón destinado a las cartas ya respondidas. Otra persona se encarga después de asignar la dirección de envío y dejarla volar hacia el país de origen de quien espera impaciente el consejo de Julieta.

Nadie es quien para dar consejos a un desconocido, pero las palabras de comprensión y consuelo nos hacen bien a todos. En las cartas a Julieta se percibe casi siempre que lo que el remitente pretende es lanzar una llamada de atención porque necesita ser leído como si fuera escuchado. Quien escribe se desahoga con esa Julieta desconocida que sabe que no va a juzgarle. Y es que muchas veces minusvaloramos el poder terapéutico que puede tener el mero hecho de escribir una carta y proyectar nuestra angustia o desconsuelo, o simplemente verter nuestros pensamientos o inquietudes, en un puñado de trazos. Por otra parte, para mí como grafóloga, ser capaz de detectar la personalidad y las emociones reflejadas en cada una de esas cartas, y poder contestarlas de la forma más comprensiva y cercana posible, no es sino un auténtico privilegio.

Verona Casa de Julieta

Querida Julieta: Me llamo Manuel, y sólo quiero decirte que eres tonta, tonta y tonta ¿Cómo se te ocurrió suicidarte? ¿Es eso para ti lo que significa el amor? Para mi el amor es otra cosa, es estar, amar y darlo todo por la persona a la que se ama. Y no con la muerte, sino en la vida y hasta la muerte. Ante ti prometo que voy a querer y a cuidar a mi amada por el resto de mi vida.

La entrañable tradición de responder las cartas a Julieta se remonta al año 1930, cuando al guardés de la Tumba de Julieta, Ettore Solimani, se le ocurrió la idea feliz de contestar la primera de ellas. Así continuó con la labor durante treinta años, hasta que le sustituyó el profesor Gino Beltramini por diez años más. Tras Beltramini, una funcionaria municipal ocupó el cargo, pero su identidad fue desvelada por la prensa y esto echó a perder de tal manera el romanticismo de la tradición, que el número de cartas decayó de forma notable y, durante la década de los ochenta, no hubo nadie que contestara las cartas.

En los años noventa, Giulio Tamassia fundó el Club de Giulietta, y entonces las cartas volvieron a tomar vida y a volar. Hoy es su hija Giovanna quien está al frente del Club.

Cartas a Julieta película

El estreno de la película Cartas a Julieta, en 2010, supuso un verdadero boom para dar a conocer el Club y se incrementó muchísimo la correspondencia con la cada vez más solicitada Julieta. En la película, las secretarias de Julieta recogen en una cesta de mimbre, cada día, las notas que las turistas dejan en los muros de la casa. Bueno, la realidad es un poquito menos bucólica que en la película, por la sencilla razón de que, en esas notas, las remitentes no dejan su dirección de respuesta.

En el club original, decenas de voluntarias responden cada día los cientos de cartas que llegan por correo y también las que los turistas dejan en el buzón dispuesto a tal efecto, en la Casa de Julieta. Pero el ambiente es igual de cercano y afectuoso que el que se respira en la peli. Tengo que confesar que tengo mi inglés un poquito oxidado y me costó bastante esfuerzo comunicarme con las dos secretarias con las que compartí mi momento en el Club, una chica china y otra alemana, pero en ningún momento me sentí incómoda. Nos hicimos entender de cualquier forma. Siempre entre sonrisas. Con respeto y comprensión. Con gestos cordiales, con miradas chispeantes, siendo conscientes de lo afortunadas que éramos por estar allí. Contándonos, entre misiva y misiva, nuestros sueños, nuestra experiencia en Verona. Compartiendo anhelos e ilusiones, mucho más allá de la barrera del idioma ¡E incluso les analicé su escritura!

Pude descubrir así que el Club de Julieta no es el típico club social o cultural, sino un club de amistad. Un espacio amigable con las puertas abiertas de par en par a todo el que quiera acercarse. Un mágico rincón que se esfuerza con ahínco por perpetuar una tradición ancestral y por mantener viva a esa Julieta a quien muchas personas buscan y necesitan, y cuya alma existe en realidad tras un bolígrafo y una hoja de papel, dejándose el corazón en cada carta.

Casa de Julieta. Buzón

Querida Julieta. Me llamo María y quiero contarte que he vivido un amor igual que el tuyo. Me enamoré siendo jovencita de un chico llamado Felipe y nuestras familias nos separaron. Han pasado muchos años de esto. Ahora estoy casada, tengo hijos, y sé que él también tiene ahora familia. Yo nunca he olvidado aquél amor y necesito tu consejo. Sé que él viene a veces a Madrid a visitar a sus padres, y a veces me dan ganas de provocar un encuentro para volver a verle, pero no sé si es lo más adecuado ¿Tú qué me aconsejarías?

 

Cuando leí la carta de María me sentí completamente dentro de la película. Y es que la realidad, por mucho que nos empeñemos en creer lo contrario, supera, la mayoría de las veces, a la ficción. En Cartas a Julieta, protagonizada por Amanda Seyfried, la trama gira en torno a una carta muy parecida a ésta.

¿Y te estarás preguntando qué le aconsejé yo a María? Voy a dejar que te lo imagines, querido lector o lectora. Por discreción, no osaré desvelar los consejos de esta novata secretaria, que jamás podrá olvidar su experiencia como tal.

Con cariño

Julieta

 

Sandra Cerro – Grafóloga y perito calígrafo

www.sandracerro.com

Romeo y Julieta

Nota de la autora: el contenido de las cartas que respondí en nombre de Julieta y que están reseñadas en este artículo es real, aunque su redacción no es literal y los nombres son ficticios para mantener la privacidad de sus autores.

Visita la web del Club de Julieta y vive la magia de las cartas:

grafología Club de Julieta